“ El Epicureísmo”                                                        Ensayo por AGR

 

Después del relato anterior, “Los sueños”, quizá sea interesante hacer la siguiente reflexión. Espero que les interese.  AGR

 

Nació en la época llamada helenística, que se inició después de la muerte de Alejandro Magno una corriente filosófica fundada por Epicuro, cuyo fin era hacer más llevadera, más tranquila, la vida del hombre. Trataba de erradicar el miedo a los dioses y sobre todo a la muerte;  predicaba que no hay otra vida y que esta (que es lo único que tenemos) debemos aprovecharla de la mejor manera: sin angustias, sin preocupaciones vanas por el futuro, disfrutando de lo bueno que nos puede brindar la naturaleza. Decía que a lo que tiende el hombre es a procurarse placer y que este es el mayor bien.

-¿Entonces hay que beber, comer sin medida, vestir con lujo, etc? -le preguntaron- y el un poco airado contestó: “No es esto lo que digo”    

Uno de sus seguidores más relevantes y que escribió un libro basado en sus teorías, fue Lucrecio y el libro “De la naturaleza de las cosas” fue y es importante para el estudio filosófico del epicureísmo.

Tuvo seguidores muy importantes como Cicerón y Virgilio el cual en una ocasión escribió: “las plegarias no cambian las decisiones de los dioses”, idea que para los cristianos es herética.

 

Epicuro no era ateo, creía en los dioses,  “mas esto no implica que los dioses puedan actuar sobre el mundo natural y humano. Al contrario, los dioses son absolutamente indiferentes y están libres de toda perturbación o pasión.”

“Si el máximo bien es el placer y este se entiende como la felicidad y la ausencia de dolor, entonces, para evitar esto último, los placeres han de ser escogidos, ya que algunos pueden producirnos, a la larga, dolores mayores. Ha de hacerse un sabio cálculo entre las ventajas y desventajas para conseguir un máximo de placer y un mínimo de dolor, utilizando las virtudes como medios.

La prudencia es la guía del placer, porque permite llevar a cabo un cálculo óptimo.
La moderación es deseable porque nos proporciona un estado de imperturbabilidad, al eliminar deseos artificiales y necesidades creadas.”

 

A continuación inserto unas cuantas de las máximas de Epicuro.

 

"Nadie, al ver el mal, lo elige, sino que se deja engañar por él, como si fuera un bien respecto a un mal peor".

"Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco".

"Lo insaciable no es la panza, como el vulgo afirma, sino la falsa creencia de que la panza necesita hartura infinita".

"Todo el mundo se va de la vida como si acabara de nacer".

"Quien un día se olvida de lo bien que lo ha pasado se ha hecho viejo ese mismo día".

"El que menos necesita del mañana es el que avanza con más gusto hacia él".

"La muerte es una quimera, pues cuando yo estoy, ella no está; y cuando ella está, yo no."

"Comamos y bebamos que mañana moriremos"

 

Por considerarlo de interés, adjunto a este “ensayito”, pues no llega a ensayo, citando al autor, el siguiente artículo

 

 

 

 

El Jardín   (Así se llamaba la escuela de Epicuro en Atenas)

 

La filosofía bien podría ser considerada como un método para iniciar y desarrollar la búsqueda de la explicación que anhela el alma exploradora. Se trata de un sendero tortuoso, aunque ciertamente gratificante, para quien lo recorre; las averiguaciones que en él se alcancen son individuales, sin embargo, como en todas las áreas del quehacer humano, las claves para acceder a ellas sólo se obtienen del intercambio con otros caminantes más aventajados.

Este sitio se inicia dubitativa pero esperanzadoramente con el fin de proveer de ayuda a quienes depositan en la filosofía la ilusión de alcanzar una vida más equilibrada. Su nombre, El Jardín, ha sido escogido del "sitio" donde Epicuro, en la Atenas del siglo tercero anterior a nuestra era, estudió, se ejercitó y enseñó su filosofía y contribuyó a la tranquilidad de la mente y a la no dolencia del cuerpo. Así, la dulzura del aire, el agrado de los olores, el verdor de las plantas, la limpieza y liviandad de la comida, los ejercicios de trabajar o de caminar y, por sobre todo, el liberarse de los cuidados y solicitudes, parecen, por igual, favorecer y mejorar la contemplación y la salud, el gozo de los sentidos y de la imaginación, y por su intermedio el sosiego y la serenidad tanto del cuerpo como de la mente.

Este punto del ciberespacio se abre para albergar artículos en español cuyos contenidos tengan como directo objetivo la difusión y mejor entendimiento de esta corriente de pensamiento entre todos aquellos que la requieran a través de su humana y permanente búsqueda de la felicidad.

-          Sergio Sotomayor Prat